sábado, 5 de septiembre de 2015

SANTA CILIA 2015

SANTA CILIA

Hacía ya demasiado tiempo que el aeródromo de Santa Cilia estaba en
nuestra lista de campos de vuelo pendientes de visitar, y después de un
par de aplazamientos...lo hemos visitado. En esta ocasión, Patxi y María
con su M16. Juan Carlos y Pilar con su ELA07, Jaume y María con el M22 y Josep y Armand con el Savannah, seremos los afortunados que
disfrutaremos de un par de días de vuelo, con buena méteo y mejor compañía.
La salida como no, va a ser temprano, queremos estar alineando pista a las 08:00.

 Básicamente porque queremos tener un vuelo tranquilo y porque queremos llegar al destino de nuestra primera etapa (Lumbier) pronto, ya que hemos tenido la oferta de nuestro amigo Antonio de recibirnos allí con la barbacoa encendida para disfrutar de unas chistorras...¿Cómo íbamos a llegar tarde?.

Después de poco más de dos horas de vuelo
acompañados por un ligero pero constante viento de cola, aterrizamos en
Lumbier por la 18 sin más novedad que haber disfrutado del paisaje. Allí
está Antonio Izquierdo y la barbacoa encendida...Besos y abrazos y entre todos ultimamos los preparativos de un almuerzo de categoría.

Entre comer y hablar (de autogiros, claro) se nos pasa el tiempo más rápido de lo que nos hubiera gustado, tenemos que ponernos en marcha de nuevo, Santa Cilia nos espera. Nos despedimos de nuestro anfitrión, esperamos volver a vernos pronto ¡GRACIAS POR TODO ANTONIO!.
El despegue de Lumbier lo hacemos con viento de Sur, digamos moderado, pero nos hace presagiar un viaje aunque corto, movidito...ya lo veremos. Con algún meneíto llegamos al punto de notificación "S" de Santa Cilia, pero nadie contesta por radio, ya con el campo a la vista, nos comunican "sin tráfico notificado, pista 27, viento calma" ¿Ha dicho viento calma?
Perfecto, no teníamos ningún interés en aterrizar con el viento
cruzado...Con nuestros aparatos en la plataforma, pasamos por la oficina
a liquidar las tasas, el hangaraje y el combustible que hemos pedido.
Después de "negociar" dónde van a dormir nuestros autogiros, los
hangaramos. Llamamos al taxi que ya teníamos apalabrado y... al hotel.

Después de comer y descansar un rato, pasamos el resto de tarde
visitando el centro de Jaca y su espectacular fortaleza, realmente nos
ha parecido una ciudad muy bonita y señorial, buscamos un bar de tapas
que nos han recomendado para el último ágape del día, pero sólo con ver
el gentío que se acumula en la puerta, abortamos la misión. Acabamos en
el hotel cenando algo ligero y a dormir, que mañana nos espera otro gran
día.

09:00: desayuno y taxi a LECI, preparamos los aparatos y despegamos por
la 27 ante la expectación de la gente que no está acostumbrada a
nuestros aparatos. El campo de Coscojuela va a ser el primer destino,
queremos parar a saludar a Rafa y Eva camino de Castejón de Sos dónde
pararemos a comer. 

Volando entre montañas y con alguna confusión sobre
por dónde es mejor pasar, aterrizamos por la 15 ¡Qué bonito es este
campo y el paisaje que lo rodea! Como siempre, pasamos un rato muy
agradable charlando a la sombra, pero hay que poner rumbo a Castejón.

Por mucho que volemos por esta zona, no deja de sobrecogernos la belleza de esta paisaje y la magnificencia de las montañas del Pirineo, creo que no nos cansaríamos nunca de volar por aquí. El viaje se hace corto, y la aproximación al campo merece toda nuestra atención, entre las ovejas que ocupan algo de la pista y los parapentes... nos faltan ojos, pero
tomamos sin novedad. Hace un calor de justicia, pero nos vamos andando
hasta el Miranda a degustar su famosa sopa (es casi una tradición).
Después de comer como si no hubiera un mañana, paseíto hasta el río, a
poner los pies en remojo y a relajarnos un rato en la sombra ¡qué a

gusto se está!. La realidad se impone, y hay que ir pensando en volar de nuevo a nuestra colmena. Salimos del valle rumbo a casa, el viento nos va a alargar el viaje, esta vez viene de cara, vamos abandonando las montañas y el paisaje es cada vez más conocido, con el macizo de Montserrat a la vista, no hay duda, nuestro viaje se acaba. No hay nadie en LEIG, aterrizamos con esa extraña sensación de tristeza por que nuestro viaje se acaba pero contentos por que hemos disfrutado cada momento (y nuestras máquinas se han portado genial).
Como manda la tradición, descorchamos una botella de cava y nos
felicitamos por lo bien que ha ido todo, y nos deseamos poder repetirlo…………………………………………   muchas veces más.
¡¡6 horas y 40 minutos más que puntar al Log book!!


Jaume Camps

miércoles, 2 de septiembre de 2015