El sábado fue un día especial, estaba previsto ir a
buscar el autogiro. Habíamos quedado con Marcos sobre las 9:30 en Garray. Nos
levantamos temprano y “carretera y manta”. Por la NII hasta el peaje de Soses, entramos
a la AP2 hasta Alfajarín, atravesar Zaragoza hasta Calatayud y dirección Soria.
A las 9:25 llegamos al destino. Saludamos a Marcos y a su amigo Rafa, revisión
prevuelo de los autogiros, puesta en marcha para calentar los motores un poco
ya que la temperatura ambiente no acompañaba.
La idea inicial era Soria-Villanueva de Gállego-Igualada
pero como en el viaje de ida había mucha niebla en la zona de Zaragoza
decidimos marcar la ruta por Binéfar.
Contactamos con José Antonio Pirla para que nos tuviera gasolina
preparada.
Nos equipamos con la ropa necesaria (mucha),
cascos, cinturones y hasta la cabecera 09, prelanzamiento y despegue inmediato.
Confirmamos que los dos autogiros estamos en el
aire y hacia el Moncayo. Al rato apareció la niebla y la bordeamos por el
Norte, al desviarnos de la ruta apareció error en el GPS, como soy un novato ya
temía lo peor pero después pensé que por estropearse el GPS no pasa nada. Al
cabo de hora y media teníamos Binéfar a la vista, comunicamos por radio si había
tránsito y que pista estaba en servicio, a lo que nadie contestó. Tampoco
veíamos la pista, hasta que apareció encima de una loma, pasamos por la
vertical del campo para ver la manga y decidimos entrar por la 17. Allí nos
estaba esperando José Antonio y unos amigos con los bidones.
Al rato llegó el presidente del campo. Después de estar
media hora comentando el viaje y alguna
que otra historia, una vez repostadas las máquinas rumbo a Igualada. Pasamos por Balaguer, y nos desviamos un poco
a la izquierda de la ruta para pasar por encima de Agramunt y Florejacs, encima
de la vertical de mi casa hicimos un 360 y hacia Igualada.
Donde allí sí que nos estaban esperando por la radio y
nos indicaron que entráramos por la 17, después de hacer una buena toma, no
podía ser de otra forma, nos encontramos
con la mayoría de avisperos, también mi hija que me había dejado en Soria e
hizo el regreso en coche.
Después
de saludar a los de allí presentes y hangarar los autogiros nos fuimos a comer
y saborear las buenas sensaciones del viaje.
Francesc
