Esta mañana, aunque con la visibilidad algo reducida por la neblina, la Patrulla ha salido en una nueva misión por la zona.
Un paseo agradable sorteando la variada orografia de la comarca, un auténtico lujo sólo obtenible si se tiene la fortuna de poder pilotar un autogiro, una máquina ideal para volar "bajito y despacio", como dijo su genial inventor.
Pues bien, puede parecer poco pero en eso reside la grandeza de volar: la sencillez de sentite como un pájaro.
40 minutos más tarde de vuelta a la base. Un aterrizaje perfecto y plena satisfacción por el trabajo concluido.
Parece que las previsiones para este finde no son las mejores para la práctica de nuestra actividad favorita, por lo que reemprenderemos la última parte de este Girocasal-11 a mediados de la próxima semana.
Felices vacaciones!
Jordi Vidal
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