Ya lo dice nuestro lema: Si hay que volar, se vuela…, pero este sábado no ha sido precisamente uno de esos días en que todo se pone de cara para disfrutar de un buen vuelo. Un frío que pela, viento racheado del noroeste y lo calentito que se está en el bar de Josep no ayudan a ponerse en marcha, pero a pesar de esto, las ganas de volar nos han podido, no a todos, pero casi. Así que, hacemos pre-vuelo, nos abrigamos tanto como podemos y a carretear hasta la cabecera de la 35 (que larga que se hace la pista…). Los tres autogiros entramos en pista y más que organizados nos vamos al aire. El cielo está muy cubierto y el techo de nubes no está muy alto, pero para dar una buena vuelta a Igualada más que suficiente. Tras media hora de vuelo, el frío ya hace mella en nuestros pies y manos. Decidimos aterrizar, estos aterrizajes aunque más que dignos, no pasarán a los anales de la historia por su perfecta ejecución, pero con este viento, mucho más no se puede pedir…
EC-EX4
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