miércoles, 22 de mayo de 2013

AERODROMO DE GARRAY-COCHES Y AVIONES


La Papa Charlie (Puta Cordillera Cantábrica) esta vez se portó y, aunque la
semana pasada había estado en esa magnífica instalación de Garray para dejar
constancia de mi interés en acudir al evento, la PC me dejó surcar de nuevo
los cielos.
Antes de comenzar el relato, me quito el sombrero, pido dos orejas, y tres
vueltas al ruedo a la organización del evento: excepcional, fuera de lo
normal.
Mi avión se encuentra a 200 Km. de la casa de Fios o a 70 del apartamento de
Soto de Luiña (Cudillero). Los viernes que hace bueno nos vamos a Soto y
desde allí lego en unos 40 minutos al hangar. Dejo el viernes el avión listo
y solo me queda hacer la Pre Vuelo y a los aires. A las 9,15 del sábado
despego de Arnao (mi campo está en la parte de Asturias y la Ría del Eo lo
separa de LEVF) rumbo a Santander para subir por el puerto del Escudo que
pasas muy bajo a unos 3-4000´. Viaje placentero con algunos meneos y vientos
en cola interesantes. Libro el CTR de Burgos (un aeropuerto de esos
fantasmas, donde si llegan dos vuelos al día es un milagro) y prosigo en
dirección a Garray, como pedro por su casa, pues debe de ser la tercera vez
que allí aterrizo. Tardo unas tres horas y nada más llegar me encuentro con
varios aviones y enseguida una chica que tenía un precioso Karman Guia, se
sube a dar una vuelta. La pobre chica era propensa al mareo y se mareó. Era
la primera vez que utilizaba las bolsas para el mareo.
Después escucho por la radio que hay que prepararse para ir a comer y
comienza un espectáculo digno de ver. Maravillas rodantes de antes de la
guerra e incluso de los años de ella. Subo en un precioso coche con un par
de señores encantadores de nombres poco usuales: Niceas y Crescencio de unos
70 años largos. Ambos eran maestros jubilados y una gente de 10 no, de
1.000. Nos invitan a todos los participantes (unos 60-70) a una estupenda
comida en un improvisado comedor de unas oficinas que pertenecían a las
obras faraónicas hoy paradas en el entorno de la maravillosa instalación
aeronáutica. Tras la comida nos llevan a una ermita de San Saturio a orillas
del Duero. Allí vivió siglos atrás un hacendado que tras repartir sus bienes
se marchó a tal lugar a dedicarse a la vida contemplativa y de oración.
Estaba en un alto y tiene una construcción digna de ser visitada. Ver
aquellas joyas rodantes llevando a intrépidos pilotos de aviones era más que
una gozada, un transportarte
a comienzos de pasado siglo. Mi chofer "Niceas" echa un cantarín delante de
la patrona de Soria y proseguimos el viaje en dirección a las ruinas de
Numancia. Demonios..., ahí se me cayeron los colgajos. En vez de un guía era
el propio director -conservador de el espectacular centro arqueológico­
quien nos mostró el trabajo de su equipo con un inusual tratamiento a un
grupo de turistas. Daba gusto escucharlo. Que pasión en cada palabra, en
cada piedra, en cada recuerdo. Qué lección magistral para gentes como yo
poco versadas en el asunto. Un lujo al alcance de no muchos. Gracias de
corazón a don Alfredo Jimeno, porque sé que a través de su ilusión, trabajo
y gestión las Ruinas de Numancia ocupan un lugar muy destacado dentro del
conjunto arqueológico de España. Vi en Jimeno un profesor apasionado con su
cometido y ello me dejó un recuerdo imborrable con inmensas ganas de volver
con más tiempo.
 
Cerró el intenso día una cena (no debía de haber asistido porque nunca ceno
y luego pasó "factura estomacal", pero el charlas con Manu 31 que tiene una
preciosa Piper y con el gran piloto Gregorio, uno de los pocos que siempre
viaja con su agradable esposa . Con Anita y Flyyer que estrena un Kapa Sova
decorado en plan militar y con otros pilotos venidos de distintas latitudes,
merecía la pena.
No tengo palabras para agradecer a Marcos Chulia, hijo de un gran profesor
de dibujo, excelente pintor y una grandísima buena persona, que hoy ya no
está, según me pude enterar de la mano de mi chofer. Raza no le falta al de
los autogiros, porque organizó un evento de lo mejorcito de lo que uno fue.
No tengo palabras y por ello envié una carta al director del diario Heraldo
de Soria que supongo saldrá publicada estos días.
 
En el aeródromo de Garray  conviven instalaciones prácticas con una
utilización muy parcial (varios autogiros y algún avión, creo que tres) y
monumentos al derroche como una urbanización anexa, que como todas las des
España están paradas las obras y millones de euros derrochados. Por lo menos
el Aeródromo da un poco de vida y podría dar mucha más si las autoridades
mandantes se dieran cuenta del potencial turístico que se podría obtener de
tal instalación. Pienso que en momentos de crisis profunda como la que
padecemos, hay que aprovechar al máximo todos los recursos disponibles y
este aeródromo podría ser la puerta de entrada a un incipiente turismo
cultural y gastronómico (unas migas insuperables) que merece la pena, solo
por conocer las ruinas de Numancia. De la que abandonaba el campo a eso de
las 11 de la mañana del domingo me acordaba que Soria es feudo de los Condes
de Ripalda, padres del ex de la infanta Elena, Jaime de Marichalar, el cual
no sé si ya lo despojaron de su título de Duque de Lugo, lo mismo que
hicieron con su estatua en el Museo de Cera de Madrid. Los Borbónidos son
así, quitan y ponen estatuas y ducados en un pis pas. Si solo fuera eso???

Borja Marquez

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